1 nov 2008

Exaltación del patriotismo mexicano...


Mexicanos al grito de guerra...` es una muestra de la exaltación del patriotismo en el celuloide.

Napoleón III decidió invadir México en 1862, cuando se había lanzado la convocatoria para componer el Himno Nacional. Francisco González Bocanegra tenía la letra, Jaime Nunó la música, Benito Juárez a los liberales que llegaban al poder y un Pedro Infante vestido del teniente Luis Sandoval, los pulmones para dejar a la posteridad una de las escenas más recordadas del cine mexicano.

Y es que la construcción de la identidad nacionalista en la época posrevolucionaria también transcurrió a la velocidad de los 24 cuadros por segundo, con películas como Mexicanos al grito de guerra (La historia del himno nacional), de Álvaro Gálvez y Fuentes e Ismael Rodríguez.
En esta cinta que en 1943 sólo duró una semana en exhibición, Pedro Infante es acribillado por los franceses en la batalla de Puebla del 5 de mayo, pero gracias al ánimo heroico con el que permanece tocando con su trompeta el Himno Nacional Mexicano hasta en su último soplo de vida, los mexicanos vencen a los europeos.

Con el traje agujerado, Infante finalmente cae muerto junto con su padre, aliado de los europeos, y frente a los ojos de su amada, Esther Dubois (Lina Montes), hija del embajador francés.
Carlos Monsiváis describió este momento del cine mexicano con una frase: "La historia Patria viene a ser ya filmada, una fiesta de disfraces que se entreverá con recitaciones de primaria".
Esta construcción de la identidad nacionalista en la época posrevolucionaria se dio sobre todo en la segunda mitad de la década de los 40, durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho, cuando los cineastas mexicanos filmaron varias películas enfocadas a ensalzar la idea de la patria mexicana.

Los temas variaron desde la comedia porfiriana México de mis recuerdos (1943) de Rafael Bustillo Oro, hasta la didáctica La Virgen, que forjó una patria (1942), de Julio Bracho.
El tono didáctico de Mexicanos al grito de guerra... se repetirá en cintas como El padre Morelos y El rayo del sur, filmadas en 1943 por Miguel Contreras Torres; Porfirio Díaz, de Raphael Sevilla y Rafael M. Saavedra, y La guerra de los pasteles, película filmada en tono de farsa por Emilio Gómez Muriel en 1943.

En general, las cintas más allá de su recreación bélica e histórica, son consideradas por Emilio García Riera como derechistas y retrógradas. Con un extra en Mexicanos al grito de guerra..., que será recordada como la obra que reunió a Ismael Rodríguez y a Pedro Infante.

Ismael, recién fallecido, participó en ella como co-director mientras que para Pedro era su primer protagónico de importancia.

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