25 oct 2008

Tiempo.




¿ CUÁNTOS AÑOS TENDRÍA USTED

SI NO SUPIERA SU EDAD.?


LEROY SATCHELL PAIGE.





En mi quincuagésimo cumpleaños, mi hija mayor me regaló un broche que decía:
"Cumplir 50 años es algo excelente"
Me lo llevé al trabajo ese día y fue muy divertido.
Durante todo el día mis compañeros estuvieron diciéndome cosas como:
"Anita, no pareces de 50 años.", o "Anita, tú no tienes 50 años."

Fue maravilloso. Aunque sabía que estas personas estaban mintiendo


y que ellas, a su vez, sabían que yo lo sabía,
¿ No es para eso que están los amigo y los compañeros de trabajo?
Para mentirte cuando realmente lo necesitas


y para ayudarte en situaciones de emergencia,


como puede ser el divorcio, la muerte y cumplir 50 años.

Sin embargo, ya se sabe lo que sucede con una mentira.
Si se escucha muy a menudo, uno comienza a creer que es verdad.
Al final del día, me sentía con un ánimo fabuloso.
Tenía la sensación de ir flotando del trabajo a mi hogar.
De hecho, en el trayecto a casa, pensé: "Realmente debería dejar a mi marido".
Después de todo, el anciano tenía cincuenta y un años;
era demasiado viejo para una muchacha que se veía tan joven como yo.

Acababa de cerrar la puerta del frente de mi casa cuando sonó el teléfono.
Era una muchachita de la florería que me traía las flores


que enviaba una amiga por mi cumpleaños.
Eran muy bellas.
Me quedé en la puerta sosteniendo y admirando las flores,
mientras la joven mensajera permanecía ahí, esperando la propina.

Se percató del broche que llevaba prendido de mi chaqueta y me dijo:
- ¿Así que 50 años, eh?
-Sí - le contesté esperando una respuesta.
Podía recibir un último cumplido antes de que terminara mi cumpleaños.
- Cincuenta- repirió- ¡Es grandioso! ¿ Es su cumpleaños o su aniversario.?

Anita Cheek Milner.
De Chocolate para el alma de la mujer.
Kay Allenbaugh.




.-.-.--.--.-.-

Hay que vivir el tiempo con la sonrisa en el rostro y la verdad en la mano...
Los cumplidos, solo son mentiras, cuando nosotros mismos sabemos la realidad...

Sin embargo... cada uno tiene en su piel una edad
y en su pensamiento la verdadera vida...
¡Compártela con los tuyos con una gran sonrisa...!


Daanroo

El Jardín del Rey




Un rey fue hasta su jardín
y descubrió que sus árboles, arbustos y flores
se estaban muriendo.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid.
Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble.

Entonces encontró una planta,
un Clavel floreciendo y más fresco que nunca.

El rey le preguntó: - ¿Cómo es que creces tan saludable
en medio de este jardín mustio y umbrío?

La flor contestó: - No lo sé.
Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste,
querías claveles.

Si hubieras querido un Roble, lo habrías plantado.

En aquel momento me dije:

"Intentaré ser Clavel de la mejor manera que pueda"
y heme aquí el más hermoso y bello clavel de tu jardín.
.

Somos esto que somos.
Vivimos marchitándonos en nuestras propias insatisfacciones,
en nuestras absurdas comparaciones con los demás:

"Si yo fuera" "si yo tuviera" "si mi hombre fuera".

Siempre conjugando el futuro incierto en vez del presente concreto,
empecinados en no querer ver,
que la felicidad es un estado subjetivo, voluntario.

Podemos elegir hoy,
estar felices con lo que somos, con lo que tenemos;
o vivir amargados por lo que no tenemos o no puede ser.

Sólo podremos florecer
el día que aceptemos que somos lo que somos,
que somos únicos
y que nadie puede hacer lo que nosotros vinimos a hacer .

" Vivir..."

Cómo ser árbol...





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En el silencio de mi reflexión percibo todo mi mundo interno como si fuera una semilla, de alguna manera pequeña e insignificante pero también pletórica de potencialidades.
...Y veo en sus entrañas el germen de un árbol magnífico, el árbol de mi propia vida en proceso de desarrollo.


En su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu del árbol que será después.


Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol, cayendo en tierra fértil, absorbiendo los jugos que la alimentan, expandiendo las ramas y el follaje, llenándose de flores y de frutos, para poder dar lo que tienen que dar.


Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol. y tantas son las semillas como son los sueños secretos.


Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el tiempo de germinar, echar raíces y darse a luz, morir como semillas... para convertirse en árboles.


Árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos digan, en su solidez, que oigamos nuestra voz interior, que escuchemos la sabiduría de nuestros sueños semilla.


Ellos, los sueños, indican el camino con símbolos y señales de toda clase, en cada hecho, en cada momento, entre las cosas y entre las personas, en los dolores y en los placeres, en los triunfos y en los fracasos.


Lo soñado nos enseña, dormidos o despiertos, a vernos, a escucharnos, a darnos cuenta.


Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos o en relámpagos de lucidez enceguecedora.


Y así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos...


Y un día, mientras transitamos este eterno presente que llamamos vida, las semillas de nuestros sueños se transformarán en árboles, y desplegarán sus ramas que, como alas gigantescas, cruzarán el cielo, uniendo en un solo trazo nuestro pasado y nuestro futuro.


Nada hay que temer, ...una sabiduría interior las acompaña... porque cada semilla sabe.... cómo llegar a ser árbol...


Del Libro "Cuentos para pensar" de Jorge Bucay

Trinos





Hubo un día un pájaro de pequeñas alas que no le permitían hacer grandes desplazamientos. Tenía su nido en un árbol en el medio del bosque. Era un pájaro solitario que no quería la compañía de ninguna otra ave, ni de su especie ni de otras.



Amaba la soledad, su mayor placer era posarse en las copas de los árboles más altos y dejar que el aire recorriera sus plumas, acariciándolo, y desde allí contemplando la majestuosidad del bosque trinaba sus mas bellos cantos.



Tenía tan lindo trinar que pareciera poesía a todo el que lo oyera, y muchos esperaban cada día su trinar ansiando poder escuchar el siguiente. Y el pajarito no les defraudaba y seguía trinando un día tras otro desde la copas de los árboles, y desde allí miraba al sol y le parecía que brillaba con más fuerza con sus trinos, así que trinaba cada vez más fuerte y cada vez eran más lindos los trinos que salían de su pico. Tal era así, que hasta el bosque murmuraba tras sus trinos y todos comentaban las bellas melodías que entonaba dicho pajarito.



Cada noche el pajarito retornaba a su nido y allí tumbado, sólo, sin que nadie le oyera, lloraba. Lloraba por un pasado perdido, por los sueños rotos de su infancia, y por la familia que siempre había querido tener pero la vida le había negado, en definitiva, lloraba por tener el amor que siempre quiso y nunca nadie le había sabido dar, pero se negaba a creer que nunca llegaría.



Y así trinando por el día y llorando por la noche pasaron los años, mientras el pajarito seguía esperando un milagro, algo por lo que tener ilusión, algo que le hiciera dejar de llorar.



Un día, el pajarito, reunió todas sus fuerzas y voló lejos del bosque pensando que en otro sitio las penas que le amargaban cada noche quedarían atrás, y el olvido llegaría para su corazón cansado de llorar. Y se fue a la ciudad, y descubrió que todo era distinto. No había tantos árboles y los pocos que había eran demasiado pequeños como para poder ver el sol desde sus copas pues los edificios tapaban toda visión que pudiera tener desde allí. Y se dio cuenta que había cometido un error, que nunca debió de abandonar el bosque.

Durante un tiempo intentó subirse a los edificios y desde allí seguir trinando sus bellos cantos pero nadie le oía allí, todos saben que la ciudad es egoísta y nadie se preocupa de los males del conciudadano. Allí el pajarito pasaba inadvertido porque a nadie le importaba lo que hiciera, ni a él le importaba la vida de la ciudad. Se volvió egoísta, y dejó de creer en los demás, se convirtió sin darse cuenta en un ciudadano más.


El sol ya no brillaba como antaño y el pajarito fue dejando de cantar de día y comenzó a cantar cuando la luna traidora salía a iluminar con sus rayos las miserias de la ciudad. Y, poco a poco, fue cambiando sus bellas melodías por tristes cantos.



Pero en el bosque seguían añorando su trinar y, a veces, en las noches en que el vacío de sonido lo permitía le oían cantar tan tristes melodías. Todos seguían loando sus cantos que si bien tristes seguían pareciéndoles bellos.



Todos menos el árbol que le cobijaba cada noche, aquel que oía sus llantos, que le dormía acunándole con sus ramas. Este árbol estaba triste, porque sólo él sabía que el pajarito lo estaba.



Cada día el árbol iba dejando que una de sus hojas fuera llevada por el viento con un mensaje para el pajarito pidiéndole que regresara, y dándole ánimos para que volviera a cantar tan bellos cantos como otrora lo hiciera en el bosque. Y así, en cada hoja, iba una lágrima y un beso del árbol para el pajarito.


Pero el viento es envidioso, y envidiaba que todos escucharan la melodía del pajarito y nadie se preocupase en escuchar las palabras que el pronunciaba a su paso. Porque, el viento, también en su silbido escondía bellos poemas que pasaban desapercibidos para todos.


Y el viento arrastraba con furia las hojas que el árbol iba dejando caer alejándolas del pajarito todo lo que podía. Y así, poco a poco, el árbol se fue quedando desnudo de hojas y cada vez más sumido en su tristeza, se fue secando.




Pero dicen que el destino es cruel a veces y otras en cambio es aliado, y una de las hojas que el árbol iba dejando caer en su penar fue recogida por un niño de la ciudad que estaba preparando un estudio sobre el otoño para el colegio.




Y la llevó a su casa, y la puso a secar en la ventana. Y aquí es donde entra el destino, pues en esa ventana se posaba cada día el pajarito para entonar sus tristes trinos.Y así fue esa noche en la que el pajarito se posó en la ventana de siempre y vio la hoja secando y la reconoció.




La hoja le entregó la lágrima y el beso que había sido posado como tantos otros en cada una de las hojas que el árbol llorara. Le contó al pajarito que el árbol había perdido su esplendor y que es lo que hacía cada noche con sus hojas para intentar que regresara.




Y de los ojos del pajarito se escapó una lágrima y se maldecía por haber tenido durante tanto tiempo tan cerca lo que tanto quería y no haberlo sabido ver. Y decidió regresar, pero ya no tenía tanta fuerza como antaño y, además, el viento le impedía regresar soplando con furia empeñado en alejarlo, claramente movido por la envidia.




Pero no hay nada que detenga a un amor puro. Extenuado, casi sin fuerzas, consiguió regresar y posarse en el nido donde tantas veces había llorado. El árbol, tan triste y fatigado como él, se alegró de verle y cubrió con su última hoja el cuerpo del pajarito para protegerle, y así los dos cansados, pero alegres, se fueron dejando caer en un sueño del que nunca despertarían.



Ambos murieron esa noche. Fueron absorbidos por la tierra y el olvido.



Un tiempo después, allí mismo, en el lugar que ocupara el árbol, salió una nueva rama y de ella nuevas hojas y no pocos son los que dicen que esa rama es el fruto del amor del pajarito y el árbol, e incluso, los más osados, dicen que cada noche el espíritu del pajarito se va a posar en la rama para cantar los trinos más bellos que nunca se escucharon.

Yo no sé lo que hay de cierto en esta historia, pero sé que cada noche, en el bosque, se oye el bello trinar de un pajarito y que al día siguiente una nueva hoja florece en dicha rama.


.

MORALEJA: No dejes que los recuerdos te nublen el presente porque el futuro se acerca a pasos agigantados y quizás cuando despejes las nubes de los recuerdos sea demasiado tarde. A pesar de la envidia y las zancadillas de otros deja siempre abierto un hueco a la esperanza.









UNA BUENA RAIZ


Cerca de un arroyo de aguas frescas,
había un pequeño bosque.
Los árboles eran muy variados,
con muchas flores y perfumes,
y que de tanto esfuerzo que hacían,
quedaban muy débiles y tenían poca fuerza para echar raíces.

En cambio un laurel dijo:-Yo, mejor, voy a invertir mi savia en tener una buena raíz:
así creceré y podré dar mi hojas a todos los que me necesiten.

Los otros árboles estaban muy orgullosos de ser bellos;
¡en ningún lado había tantos colores y perfumes!
y no dejaban de admirarse
y de hablar de los encantos de unos y otros,
y así, pasaban todo el tiempo,
mirándose y riéndose de los demás.

El laurel sufría a cada instante esas burlas.
Los otros se reían de él,señoreando sus flores y perfumes
y meneando el abundante follaje le decían.

-Laurel...., ¿para qué quieres tanta raíz?
Míranos, a nosotros, todos nos alaban
aunque tengamos poca raíz
tenemos mucha belleza.

Deja de pensar en ser útil a los demás.
¡Preocúpate de ti!".
Pero el laurel estaba convencido de lo contrario;
necesitaba una fuerte raíz para dar abundantes hojas.
Un buen día, vino una gran tormenta,
y sacudió, sopló sobre el bosque.

Los árboles más grandes,
que tenían un ramaje inmenso
se vieron tan fuertemente golpeados,
que por más que gritaban
no pudieron evitar que el viento los volteara.


En cambio el pequeño laurel,
como tenía pocas ramas y mucha raíz,
apenas si perdió unas cuantas hojas.

Entonces todos comprendieron
que los que nos mantiene firmes en los momentos difíciles
no son las apariencias,
sino lo que está oculto en las raíces,
dentro de tu corazón...,allí...,en tu alma.


Desconozco el autor...
De algún lugar de la red.

Harold MacMillan





"La reflexión calmada y tranquila desenreda todos los nudos."



Harold MacMillan

Diferencias







Hay una enorme diferencia moral
entre una persona que trata los malos pensamientos como intrusos,
y otro que los alberga como huéspedes;
entre uno que sólo busca ahuyentarlos,
y uno que les provee una amplia y amueblada residencia ...
.
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-de la red-
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Los mios son INTRUSOS...
eso de seguro,
porque entre más los envío al aire
para que rebusquen su originalidad
más se centran en el camino,
aventando espinas
sin ver que me hacen sonreir
y temblar al por igual...

Daanroo

BRINCA












ES NECESARIO BRINCAR CONSTANTEMENTE


-¿Podrìa usted decirme el secreto del èxito?-
Preguntò un ambicioso joven a un comerciante que habìa logrado èxito en sus negocios.
-El secreto no es fàcil. Observò el comerciante-.
Debe usted estar alerta para ver las cosas pequeñas y brincar hacia las oportunidades.
-Pero ¿Còmo puedo reconocer las oportunidades cuando se presentan? -
No puedes reconocerlas -dijo secamente el comerciante.


Cada dìa se nos presentan oportunidades incontables para lograr el èxito en esta vida y en la eternidad.
Con demasiada frecuencia las dejamos pasar juzgàndolas muy pequeñas para ser importantes, pero no hay situaciòn sin importancia, ni pequeña, si la vemos clamente; si la usamos en forma adecuada.

Si estamos espiritualmente alertas la vida serà un progreso constante hacia nuestra meta eterna.
Estudiar, capacitarnos, ser constantes nos ayudarà a brincar màs alto.
.-.-.





-De la red-