Marbec
Secuelas:
fósiles adosados en cerebros,
porciones de pez y reptil
como actas de un pasado.
Mamé, ese es el fallo,
sucumbí al chantaje de pezones rezumantes y repté;
repté porque olí algo más fuerte que el miedo,
algo, que me hizo perder mi condición de pez,
si; mi condición branquial y ese algo de reptil…
Que cambió las escamas por vellos
y los huevos, por úteros calientes…
Donde nadaba.
Sucumbí y sentí en mi espalda dos manos,
grabé en mi memoria
el aroma de sus poros
olvidando que fui pez…
Y reptil…
Sucumbí llorando ensangrentado,
temblando por el frío,
implorando por mi amniótico universo,
pero, olí…
Y el olor forja las cadenas,
vincula desde el génesis hasta la muerte
haciendo prisionera la nostalgia
obligando a cantar a la quimera…
-Costados con alas emplumadas-
Fui pez…
Fui reptil…
Pero nunca volaré.
Nunca…Nunca…Nunca…
Rapiñas...
Hace 15 años
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