10 nov 2008

Estígmas

I
Confiésome pecador sin remedio:
hijo de demonio y demonia,
de lujura e ira.

No me interesan los diversos credos
ni tampoco las uniones extramaritales
ni menos aún, la "verdad"
escondida debajo de la falsedad,
mas bien me contento con seguirla ocultando
gozando con la penuria y el lamento de otros.


II
Aún así debería recibir castigo
-al menos, eso es lo que dicen-
frente a eso, lo mejor es guardar silencio.

Finalmente, no seré yo quien
les traiga el fuego del infierno.

Carne que me forma,
que me da cuerpo,
y quizás también un tercio de alma;
los tercios restantes se los dejo
al Ángel de la Muerte.


III
Nacer siendo ya uno más
destinado a los vicios:
qué misión es la que me han encomendado:
¡ninguna!

La verdad es que nada de eso importa ahora,
sólo implorar por un perdón
que, ajeno al sufrimiento,
busca encontrar en algún rincón del Universo,
a un Dios que se burla de mi existencia
a cada minuto, a cada hora.

Bien valdría más la putrefacción
de todos aquellos que osaron mirarme:
no, más me vale recibir en mis manos
los siete estigmas demoníacos,
la gula, en mi vientre:
la ira, en mi alma,
la soberbia, en mis acciones,
la avaricia, en mi egoísmo,
la lujuria, en la puta de la esquina,
la envidia, en el mundo entero,
la pereza

en ser

el mismo imbécil de siempre.

Gracias: Odin_7039
Desde: El libreto

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