La Ciencia de los halos

Cuando uno cae, sabe que la mirada se presenta
en forma de una trampa.
Que una imagen es tregua de minotauros que aman
una vez la forma.

Cuando se es platónico, queda el miedo aristotélico
de ser traicionado.
Y como una venganza, el verbo corre por la arena en
su ética de furiosas alas.

Cuando uno cae, no hay figura que pueda detener
esta fabricaión de agujas.
Que la música es sólo el festín, el dirigible, las cartas
de viejas dimensiones.

Y si quiero medito en palabras que han trazado auras
de secretos tridentes.
De aladas epopeyas o discursos que hoy me separan
del parpado y el lenguaje.

Y se es retorno, existencia de citaras que corrompen
acaso una marisma de vidrio.
Pero entonces dónde queda el mar, en qué bolsillo
guardamos el diluvio.

En qué camisa, en qué mesa donde tendida mira idearios
de extraños plenilunios.
Cuando uno cae las preguntas recorren muy lejos el hilo
que no era para ellas.

Y hay colores que marchitan cualquier remordimiento,
cualquier serpentina de culpas.
Como una ruta somos, como un espejo, reflejamos todavía
mutilaciones y caballos.

Empujamos ciencias de halos, sometemos el hechizo
de un pedazo de arena.
Cuando uno cae la gravedad reconoce que sólo nosotros
iremos con ella hacia el fuego.


Guillermo.
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