10 nov 2008

AMÁNDOTE

¿Que no la ame? ¡No puedo!
aunque este amor tan limpio
ha mi camino ha llegado,
envuelto en un triste halo de pecado.

¿Que su amor es prohibido?
y ¿quien en su jucio se atreve
a limitar la pureza en que el amor se lleve?
si vivo no hay juez que acierte en el dictado.

¿Que este amor es locura? ¡Se que lo es!
mas dime si alguien ha afirmado
que aquel que ame con el sentimiento,
vive su amor en cristalina cordura.

Ella llegó a mi tiempo,
cual si fuera el agua cristalina
esperada con el ansia de la sed
en mi árida y amarga vida.

Ella llegó a mi vida,
y colmó pletorico de dicha
el tiempo que con ella he compartido,
y cada uno de los tiempos de mi vida.

Bendito el juego del amor que abraza
como la hiedra a la pared dichosa,
y en esta unión tan intima se pierden
haciendo uno, conjunción hermosa.

Y si al final de esta mi aventura
cuando la vida su final ya toca
el mundo considera a mi alma loca,
muero feliz en esta vida, tan llena de locura.

Mas ¡Vive Dios! habrá quien vocifere
que el pecado quemando va mi carne,
como sui amor es luz que lleva al cielo,
muero feliz en esta vida, tan llena de desvelo.

Y si el destino no uniera para siempre mi camino
con aqul que mi dueña caminara,
yo moriría feliz, pues este amor me ha otorgado
los momentos mas dulces que en la vida
de mortal alguno, el destino falaz, ha regalado.

(Gastro)
EDUARDO, Marzo 2004

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