19 nov 2008

GREGUERÍAS


LA GREGUERÍA ES...
La greguería no consiste más que en un matiz entre todos los matices, el matiz de un plural, de una palabrita -oiga, que le voy a decir "una palabrita"-, una virgulilla, una tilde, algo que podrá ser una incorrección, un ripio, una pifia, un balbuceo, una virguería rotunda, una piedrecita, un número, un desplante, un error.

La greguería resuelve las hinchazones con que todo se hinchaba.
La greguería es silvestre, encontradiza, inencontrable.
La greguería es la audacia y la timidez, es la manera sin amaneramiento, es la manera que no es más que la manera, y que por no ser, no es ni la cierta manera.
La greguería es como esas flores de agua que vienen del Japón, y que siendo, como son, unos ardites, echadas en el agua se esponjan, se engrandecen y se convierten en flores. Sacia como un cuscurro de pan entre planes y planes, o como un vaso de agua entre la sed falsa de los negocios o de las especulaciones incurables.

La greguería, aunque en eso esté precisamente su corrupción, debe recoger cosas muy loables, muy pasajeras, muy efímeras, porque la corrupción es humana, y el arte humano debe gozar y perfeccionarse y descansar en ese corrompimiento.

La greguería es el género que se debe escribir en los bancos públicos, en los pretiles de los puentes, en las mesas de los cafés, al ir solos en los coches lentos que van acompañando a los entierros, en las mesas de las cocinas, en los fogones, etc.

SU NOMBRE
Desde 1910 -hace cincuenta años- me dedico a la greguería, que nació aquel día de escepticismo y cansancio en que cogí todos los ingredientes de mi laboratorio, frasco por frasco, y los mezclé, surgiendo de su precipitado, depuración y disolución radical, la greguería. Desde entonces, la greguería es para mí la flor de todo lo que queda, lo que vive, lo que resiste más al descreimiento. La greguería ha sido perseguida, denigrada, y yo he llorado y reído por eso entremezcladamente, porque me ha dado pena y me ha hecho gracia.

Cuando se publicaron por primera vez en los periódicos, muchos lectores se daban de baja. "¡Cámbielas de nombre'.", me decía el director; pero yo me negué terminantemente.
Las cosas apelmazadas y trascendentales deben desaparecer, incluso la máxima, dura como una piedra, dura como los antiguos rencores contra la vida.
El encuentro con la greguería fue lo que me trajo la suerte.

Gracias a las Greguerías he vivido, he conferenciado, he viajado, he tenido contraseña universal.
En realidad, me dedico a la greguería desde mi niñez, y al ama de cría ya le lanzaba greguerías.
Es lo único que no improviso nunca. Me las concede esa adolescencia de la vida que es pareja de nuestra adolescencia o de nuestra vejez... Tienen que ser lentas y naturales. Son una gota de los siglos que atraviesa mi cráneo.

Se puede improvisar una novela, pero no una greguería.

¿Que por qué se llaman Greguerías?

Al encontrar el género me di cuenta de que habla que buscar una palabra que no fuese reflexiva ni demasiado usada, para bautizarle bien.
Entonces metí la mano en el gran bombo de las palabras, y al azar, que debe ser el bautizador de los mejores hallazgos, saqué una bola...

Era "greguería", aún en singular; pero yo planté esa bolita y tuve un jardín de greguerías. Me quedé con la palabra por lo eufónica y por los secretos que tiene en su sexo.

Greguería, algarabía, gritería confusa. (En los anteriores diccionarios significaba el griterío de los cerditos cuando van detrás de su mamá.)

Lo que gritan los seres confusamente desde su Inconsciencia, lo que gritan las cosas.

UNAS MUESTRAS
Sobre las hojas grises de los olivos gravita aún el polvo que levantaron los carros romanos y las diligencias.

Franklin salía los días de tormenta con un paraguas dotado de pararrayos.

Abrir un paraguas es como disparar contra la lluvia.

El agua se suelta el pelo en las cascadas.

La lava parece un cocodrilo que avanza.

Los arcos de triunfo son elefantes petrificados.

El obelisco es la palmatoria de los siglos.

Al oír la sirena parece que el barco se suena la nariz,

En la Vía Láctea se agolpa el polvo fulgurante que levantaron en su camino las carrozas siderales de los grandes mitos.

Las palabras con puntos suspensivos resultan aderezadas con guisantes.

Hay un momento en que el astrónomo, debajo del gran telescopio, se convierte en microbio del microscopio de la luna que se asoma a observarle.

Al pasar un barco entre dos casas, parece un barco de teatro entre bastidor y bastidor.

Las latas de conservas vacías quedan con la lengua de hojalata fuera.

Ese niño que lleva una sandia, parece ir a dar lección de geografía.

Unid todas las estrellas con línea de lápiz luminoso y resultará la silueta de Dios.

Las espigas son langostinos vegetales.

El filósofo antiguo sacaba la filosofía ordeñándose la barba.

El Pensador de Rodin es un ajedrecista a quien le han quitado la mesa.

Todos los pájaros son mancos.

El hormiguero es el calambre de la tierra.

Los cocodrilos están siempre en pleno concurso de bostezos.

La serpiente mide el bosque para saber cuántos metros tiene y decírselo al ángel de las estadísticas.

El camello tiene cara de cordero jorobado. La inmortalidad del cangrejo consiste en andar hacia atrás, rejuveneciéndose hacia el pasado.

Ballena se escribe con elle por los dos surtidores líquidos que lanza a lo alto por la nariz.

La mariposa, posándose en todas las flores, es la mecanógrafa del jardín.

El caballo con la cabeza baja, mientras pace, parece estar leyendo el paisaje como un corto de vista.

En la cresta del gallo se está viendo la tijera del creador dándole los últimos cortes.

El camello lleva a cuestas el horizonte y su montañita.

Al oso le viene grande su gabán de pieles.

El más pequeño ferrocarril del mundo es la oruga.

Las gaviotas nacieron de los pañuelos que dicen adiós! en los puertos.

El caracol debía tocar el trombón que lleva a cuestas.

La mariposa lleva a su gusano de viaje.

La cebra es el animal que luce por fuerza su radiografía interior.

Al callarse la chicharra de pronto, parece que ha habido una avería eléctrica.

Los elefantes parece que tienen en las patas las muelas que no tienen en la boca.

Las gallinas son tartamudas.

Ningún pájaro ha logrado sacar las manos de las mangas de las alas, salvo el murciélago.

Lo mas terrible del perro con bozal es que no puede bostezar.

El gato es una gárgola que se pasea por casa. Cuando escarba el toro en la arena parece estar cavando la fosa del torero.

La jirafa es una grúa que come hierba.

Grajo: palabrota con alas.

Greguerías. Selección, 1910-1960

No hay comentarios: