SONETO
Toma mi corazón! A tu saeta
rindióse al cabo en la batalla herido
¡Míralo como está! ¡Cuán dolorido!
¡Bien declara, Señor, que es de poeta!
Sufrió el embate de la vida inquieta
y en sangre, en polvo y en sudor transido,
como en la lid el militar vencido,
rinde la espada a su merced sujeta
¡Toma mi corazón! Puro, inocente,
vaso de gracia de tu dulce fuente,
cuando nací, Señor, tú me lo diste.
Mas yo, tan duro, codicioso y ciego
no lo supe guardar y hoy te lo entrego
tarde y con daño, envilecido y triste
Ricardo León
Rapiñas...
Hace 15 años
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