23 nov 2008

STA.TERESITA DE JESUS

POESIA 22 -
Acuérdate de aquella triste noche,
noche de tu agonía,
en la que con tu sangre se mezclaron tus lágrimas.
¡Perlas de amor, cuyo infinito precio
hizo que germinaran
en esta tierra virginales flores!
renacer hizo el gozo de tu bendita alma.
Mas tú, Jesús, me viste
en medio de tus lirios,
¡acuérdate!
Acuérdate: un Condenado a muerte,
abrevado de amargo sufrimiento,
alzó al cielo los ojos, y exclamó:
"¡Un día me veréis aparecer con gloria,
nimbado de poder, sobre las nubes!".

Pues su gloria inefable permanecía oculta.
Príncipe de la paz,
yo sí te reconozco...
¡Yo creo en ti !
¡Acuérdate de que hasta entre los tuyos
siempre desconocido fue tu divino rostro!

¡y bien sabes, Señor, que te he reconocido!
Te reconozco, si, ¡oh rostro del Eterno!,
aun a través del velo de tus lágrimas
descubro tus encantos.
Tu velado mirar
mi pecho consoló,
¡acuérdate!
Acuérdate de aquello que dijiste
el día de tu triunfo:
"!Dichoso el que sin ver en plenitud de gloria
al Hijo del Altísimo, sin embargo creyó!"
Desde la oscura noche de mi fe, en esta vida,
yo te amo ya y te adoro.
Para verte, Jesús, espero en paz la aurora,
De que no es mi deseo
aquí en la tierra verte
¡acuérdate!

(Poesía 22. Obras Completas, pp. 744-746

1 comentario:

Anónimo dijo...

que los ojos se abran, que el amor sea luz